El último caudillo de los hunos y el más poderoso. Se le conoció como el azote de Roma o “el azote de Dios”. Con fama de cruel, destructor y rapiñador también fue un gran caudillo, grande y noble.

Los hunos, tribu probablemente asiática no dejaron nada escrito, lo que se sabe sobre ellos es través de los romanos.

Atila nació el año 395, más o menos, y murió el 453. Consiguió tener el mayor ejército de la Europa de aquella época, famoso por su movilidad, el manejo del arco y por la forma de montar “a la grupa”

Los hunos eran una mezcla de tribus que Rugila, el tío de Atila, logró unificar. A su muerte les dejó a sus sobrinos Atila y Bleda al mando de todo el imperio. En ese momento están negociando con Roma y firman un acuerdo por el que consiguen cobrar el doble del tributo que ya les están pagando, que les abran mercados y cobrar por cada soldado romano prisionero, entre otras cosas. Durante cinco años no volverán a meterse con los romanos.

Tampoco estuvieron parados, invadieron Persia, que no les salió bien.

Con la disculpa de que el obispo de Margus (ciudad cercana a Belgrado) había cruzado el Danubio y profanado y saqueado tumbas de los hunos, rompiendo el tratado que tenían, atacaron alguna ciudad, entre ellas Margus, cuyo obispo se les entregó junto con su ciudad. Siguieron todo ese año 441 conquistando ciudades hasta que el 442 hicieron una tregua de todo el año. Aprovechando esta tregua el emperador Teodosio decidió que era el momento de rechazar sus exigencias, la respuesta de Atila y Bleda fue atacar las ciudades alrededor del Danubio y llegar hasta Constantinopla.

Teodosio admitió la derrota y firmó las nuevas condiciones: multa de 2000 kilos de oro por haber roto el pacto, el triple del tributo que pagaban y el doble de cada rescate de prisioneros. Las negociaciones duraron tres años.

Atila, convencido de que él era el “amo del mundo” y que por medio de la “espada de Marte” ganaría todas las batallas (leyenda), siguió con sus conquistas como único cabecilla de los hunos, ya que Bleda había muerto.

El historiador romano Prisco, que estuvo como embajador de Roma en el campamento de Atila lo describe como “Corto de estatura, de ancho pecho y cabeza grande; sus ojos eran pequeños, su barba fina y salpicada de canas; y tenía la nariz chata y la tez morena, mostrando la evidencia de su origen”. “Humilde y austero. Comía lo justo y en plato de madera. No llevaba joyas. Vestimenta simple, la espada y la brida del caballo sin adornos”. “Hablaba y escribía latín, sabía griego, huno y algún otro idioma. Un hombre culto para su época”.

Los poemas épicos germanos dicen que era noble, generoso, cruel y rapaz. (¿?)

Hay una anécdota muy curiosa en su vida. La hermana del emperador Valentiniano, Honoria, desesperada porque la van a casar con un senador, escribe a Atila pidiendo ayuda y mete en la misiva un anillo. Atila entiende que quiere casarse con él (parece que no era ese el propósito), acepta y le pide como dote la mitad del Imperio Occidental. El emperador no lo acepta y dicen que no mató a su hermana, solo la envió al exilio, por la intercesión de su madre. Escribe a Atila negando que su hermana le haya propuesto matrimonio. Atila no se deja convencer y contesta que irá a lo que por derecho es suyo. Aparece en el año 452 y va saqueando toda la Italia que atraviesa. Se detiene en el Po y allí llega una embajada compuesta por un cónsul, un prefecto y el Para León I. No se sabe qué hablaron ni qué pasó, pero Atila se retira sin reclamar ni el matrimonio ni los territorios.

Ante sus avances por el oeste, el rey visigodo Teodorico I y el emperador romano se unen para oponérsele, llegan a Orleans y se enfrentan en la batalla de los Campos Cataláunicos donde muere el rey visigodo. Nadie gana y todos pierden muchos hombres. Atila se retira con su única y última derrota.

Se encaprichó de Ildico, una princesa burgundia, y la noche de bodas murió por una hemorragia nasal. Otros dicen que asesinado por su nueva esposa.

Nunca se ha encontrado su sepultura. Que en el fondo de un río, que los que lo enterraron fueron asesinados para que no lo pudieran decir, etc.

El imperio huno se deshizo tras la muerte de Atila, había durado ocho años. Sus hijos pelearon entre sí y fueron dispersados al año siguiente tras la batalla de Nedao.

 

María Antonia Mantecón