Estamos cerca de la Navidad y muchas personas de todas las edades están escribiendo sus cartas a Papá Noel y a los Reyes Magos e incluso algunos ya las han enviado. Los elfos y los pajes que ayudan a Pápa Noel y los Reyes Magos están muy ocupados conforme se acerca la Navidad. Me han dicho que Papá Noel y los Reyes Magos están preparando todos los regalos para que lleguen a tiempo a nuestros hogares pero, claro, su tarea es más complicada de lo que pensamos porque antes de enviar los presentes han de valorar si hemos sido buenos. ¿Qué pensáis? ¿Habéis sido buen@s?
Seguro que la mayoría que estáis leyendo estas líneas, pensaréis que sí, Yo también, por supuesto. O al menos eso creo… Aunque, pensándolo mejor ¿qué significa portarse bien? En los niños, es más fácil identificar si se portan bien o no. Por ejemplo, si obedecen a sus papás, si recogen los juguetes y arreglan su habitación, si prestan atención en clase… Según me comunican desde Laponia y Oriente, todos los niños del mundo se han portado muy bien y les va a llegar casi todo lo que han pedido y, que si algo no les llega, no es porque se han portado mal sino porque sus papás y ellos han de ser generosos con otros niños que también piden juguetes pero no saben si les llegarán porque Papa Noel y los Reyes Magos tienen que ir a países en guerra, el espacio aéreo para los renos y caminos para los camellos pueden ser peligrosos, porque es difícil ir tan cargados a campos de refugiados, porque hay niños que no estarán en su casa y los tienen que buscar en la calle porque duermen a la intemperie… Pero no preocuparos, Papa Noel y los Reyes Magos, como sea, harán que al menos un día, todos los niños puedan mantener la ilusión aunque, a veces, no puedan tener todo lo que piden.
Bueno, los que vivimos en circunstancias que hacen más fácil que tengamos cerca a Papa Noel y los Reyes Magos somos unos privilegiad@s. Sin embargo, por muy bien que se hayan portado nuestros hijos ¿es bueno que les traigan todo lo que piden? Tranquilos, si algo no les llega, no van a querer menos a sus papás ni se van a traumatizar el resto de sus vidas. Todo lo contrario, el afecto no depende de los regalos materiales que traen Papa Noel y los Reyes Magos para repartir a los niños. Es más, el mejor regalo que les dejan es el Amor, la Solidaridad, la Generosidad… y, sobre todo, aprender y crecer rodeados del cariño, apoyo…y buenos momentos que pasan con sus papás, abuelos, tíos, hermanos y resto de familiares y amigos.
Pero los adultos, ¿Sabemos portarnos bien? ¿Sabemos compartir tiempo con nuestros hijos? ¿Sabemos dejar las “pantallas” de lado cuando estamos con nuestra familia y allegados? ¿Sabemos enseñar a nuestros hijos a disfrutar y compartir valores para convertirnos en una sociedad mejor? ¿Cuidamos nuestro planeta (reciclamos, dejamos de consumir materiales que perjudican, utilizamos medios de transporte ecológicos…)? ¿Nos olvidamos de los objetivos en nuestro trabajo y somos capaces de comunicarnos con nuestros compañer@s? ¿Somos capaces de valorar los pequeños detalles que nos rodean o solo nos guían propósitos para lograr el éxito ante los demás al precio que sea? ¿Compartimos tiempo con los mayores que nos han dado la vida y nos han cuidado? ¿Sabemos estar al lado de nuestros amigos cuando nos necesitan? ¿Somos capaces de reflexionar por nosotr@s mism@s sin que nos creamos todo lo que los medios de comunicación nos inculcan? ¿Podemos prescindir del fútbol y cotilleo para ser nosotros mism@s y que nuestra felicidad no dependa de que gane un equipo o de lo que dicen de los demás?… Uf! Ya no está tan claro eso de portarse bien ¿verdad?
Como llega la Navidad y es fecha de reuniones familiares y con amigos, seguro que nos vamos a portar muy bien tod@s compartiendo el mejor regalo que es estar juntos. No necesitamos ser felices con mil regalos. ¿Es eso la felicidad? ¿Qué pasa si no tenemos regalos materiales? Hay personas que son tan pobres que solo tienen dinero y hay niños tan pobres que solo tienen regalos materiales ¡Qué pena!
La Navidad es época de diversión, días de fiesta…y, ojalá, que para todo el mundo pudiera ser feliz. Aunque no lo creamos hay regalos que no cuestan dinero. Increíble pero cierto. Os invitamos a disfrutar y saborear regalos que podemos hacernos a nosotros mismos o a los demás en estas Navidades o cualquier día del año y que no cuestan dinero pero nos aportarán mucha riqueza en nuestras vidas:
– Sonreir: La sonrisa nos abre el mundo. Pensad que una sonrisa es el gesto más sencillo y que es la mejor bienvenida que puede recibir una persona cuando viene a nuestra casa, el mejor saludo para nuestros vecinos, la amabilidad que puede recibir un vendedor, etc.
– Abrazarnos: Abrazarnos es una de las mejores formas de transmitir proximidad y calidez a las personas que queremos.
– Salir a pasear por algún sitio apacible (un jardín, la montaña, playa…) y disfrutar de la tranquilidad del lugar, alejado de lugares saturados por la voracidad del consumo.
– Disfrutar del placer de levantarnos junto a nuestra pareja y de tener más tiempo para compartir actividades con nuestros familiares y amigos.
– Comunicarnos: Escuchar atentamente a los demás y expresar aspectos de nosotros mismos, sin estar pendientes del móvil, Regalar que nuestros allegados nos interesan de verdad y no hay nada más importante que ellos y lo que sienten y nos transmiten con sus gestos, conversaciones.
– Divertirnos haciendo nosotros mismos los regalos. Os damos algunas ideas como aperitivo porque cualquier sugerencia, sera maravillosa:
o Crear un vídeo o álbum de fotos con los momentos que hemos compartido ese año con nuestros familiares o amigos.
o Compartir tiempo con nuestros hijos jugando con ellos propiciando que nos transmitan sus inquietudes.
o Entregar a cada familiar una felicitación junto al plato de la mesa engalanada el día de Nochebuena o Navidad expresando lo importante que son para nosotros y por qué nos sentimos felices de tenerlos a nuestro lado.
o Compartir con nuestros hijos la creatividad e imaginación para regalar cosas hechas por nosotros mismos y que los elfos y pajes de Papá Noel o los Reyes Magos se los entreguen el día que visitarán todos los hogares. Un dibujo, cualquier manualidad… que hagamos nosotros solos o con la colaboración de nuestros hijos, ya representa de por sí, el mejor regalo adelantado que podemos tener y seguro que nuestros familiares valorarán más por el cariño y originalidad que contienen.
– Aprender y enseñar que en los pequeños detalles es donde la felicidad reside. Un regalo comercial habitualmente al cabo de unos días deja de interesarnos y ya estamos pensando en comprar el siguiente. Sin embargo, deleitarnos con un amanecer o atardecer, rociarnos con gotas de lluvia, ayudar a los demás, gozar de salud, obsequiar con un dulce hecho por nosotros mismos a nuestros vecinos, colaborar en una Organización sin Ánimo de Lucro, dar una paseo en bicicleta, dejar que el sol nos caliente a través de una ventana, leer un libro…nos aportan todo tipo de vivencias y emociones fantásticas.
– Jugar con los niños en actividades que desarrollen su imaginación y relación con otros niños y adultos: esconder un tesoro de buenos propósitos para todos y buscarlo en algún lugar de la casa, fomentar juegos al aire libre lejos de las consolas o móviles, una merienda en casa divertida…
Y para tod@s, regalemos los valores que nos hacen ser mejores y nos ayudan a construir un mundo mejor: ¡¡¡ PAZ, AMOR, SOLIDARIDAD, COMPRENSIÓN, CALIDEZ, COOPERACIÓN…!!! ESO SÍ ME LO PIDO TODO.
Por cierto, ¡SABEMOS QUE HABÉIS SIDO BUENOS!
Consuelo Tomás, psicóloga especialista en psicología clínica y adicciones
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