Nada nuevo “sub sole”. Los ha habido y los hay desde que el mundo es mundo.

En la antigua Roma, en plena guerra contra los cartagineses, viendo que Aníbal ya había atravesado los Alpes (en invierno, algo que nadie podía imaginar que fuera posible), Roma recurre a préstamos y ayudas de particulares pudientes (aquellos constructores a los que se encargaban obras públicas enormes y carísimas que les hacían enriquecerse rápidamente). Estos prestamistas debían pertrechar barcos, cargarlos de mercancías necesarias y de personal y acudir en ayuda de la flota romana. Si uno de estos barcos era hundido, el dinero correspondiente al barco y la mercancía corría por cuenta del Estado.

Pero… ahí está la trampa, cargaban todo tipo de desperdicios y una vez en altamar, lo hundían (siempre preparados para salvar a la tripulación) y reclamaban los gastos a Roma.

Alguna vez había denuncias sobre ellos, denuncias que normalmente no llegaban a ningún sitio ya que eran los cónsules de su mismo partido quienes debían acusarlos. Algo que no iban a hacer (no se tiran piedras a nuestro tejado)

Tito Livio lo narra perfectamente en su libro “Historia de Roma desde su origen”

Como veis “Nihil novum sub sole”, “Nada nuevo bajo el sol”

En España tenemos ejemplos de todos los colores. Empezando por los timos, engaños relativamente pequeños, en los que la imaginación del timador se mezcla con la avaricia del timado (que lo que quiere es timar al timador).

Los pequeños y grandes fraudes, ejemplos Viajes Marsans, Mario Conde con Banesto, Nueva Rumasa, La inmobiliaria Astroc, Forum Filatélico que daba más interés del oficial y pilló a 270.OOO personas, Gescartera, Bankia, Pescanova…

Y otros a menos nivel: con coches, con carne, con el cuento de enfermedades, denuncias de robo para cobrar el seguro, etc. Y por si todo esto fuera poco ahora tenemos las on-line, a través de citas, con Wasapps, robando datos, etc.

Un fraude que sigue estando vigente es el negocio “piramidal”. Cuando la base de la pirámide es suficientemente grande, la cúpula que es quien ha estado acumulando ganancias, desaparece.

Por no hablar de los que aprovechan la circunstancia de que ha muerto un familiar para reclamar una deuda o una notificación de cobro; o los que piden dinero para tratar la enfermedad grave de un pariente (el padre de Nadia); o para ellos mismos (Paco Sanz); o se hacen pasar por algún personaje (el último conocido “el pequeño Nicolás”).

 

María Antonia Mantecón