DIEZMAR – Procede de “decimatio”, palabra latina que equivale a eliminar uno de cada diez.

 

Lo utilizaban los romanos para eliminar a sus propias tropas en caso de huída (por cobardes) o motín.

Pretendía ser un ejemplo para el resto ya que eran los propios compañeros los que tenían que lapidar o matar a golpes de vara al compañero, sin embargo ya hubo quien advirtió que este castigo era impropio ya que lo que podía lograr era el odio hacia el jefe que lo proponía.

Era a sorteo, no importaban los méritos o la categoría, toda la legión tenía que coger una piedra de un saquito en el que había piedras blancas y una sola negra.

También se hacía cuando tenían muchos prisioneros. Al azar o contando 1,2, ..10, fuera.

La palabra DIEZMO se hizo conocida y famosa con los diezmos que se pagaban a la iglesia (DIEZMOS Y PRIMICIAS). Ya el Deuteronomio dice que al tercer año darás a Jehová el diezmo de tus cosechas.

Esta palabra la conocían muy bien todos los trabajadores (artesanos, pescadores, labradores, etc.) porque lo tenían que pagar no sólo al rey o señor feudal, sino también a la iglesia.

Traducido a este momento, sería el equivalente a los impuestos con los que nos agobia el estado.

 

María Antonia Mantecón