A propósito del coronavirus, este que no para de crecer y crecer, me ha dado en pensar en la Peste Negra.

 

¿Os imagináis lo que tuvo que ser lo que tenemos ahora, pero sin agua corriente, sin duchas, sin desinfectantes, sin servicios, sin UCI, sin mascarillas, (sin papel higiénico, que parece que sea el milagro de la curación tal como se ha lanzado la gente a comprar carros enteros) … prácticamente sin nada?

 

Otro agravante de aquella epidemia fue que pilló a la gente mal nutrida, baja de defensas y lista para cogerse todo lo que llegara.

 

Llevaban algunos años de malas cosechas (hizo demasiado frío, tanto que lo llamaron la pequeña Edad de Hielo). Había aumentado la población, los campos se sembraban tres veces en lugar de dos por lo que daban menos, en resumen, la gente pasaba hambre.

 

Algo tan contagioso sin ninguna medida de protección, así se explica que muriera un tercio de la población mundial. Se estima que más de 25 millones de personas en Europa y hasta 80 entre África y Asia.

 

Dejemos claro que no tiene nada que ver con este virus, aquella mataba, a veces, en 48 horas y lo máximo que duraban los infectados eran 5 días. En esta sobrevive más del 90 %.

 

En lo que coinciden es que se cree que aquella también empezó en China y se propagó por la ruta de la seda, que estaba en pleno auge y por los barcos que ya iban y venían, aunque no tanto como ahora.

 

Tengamos en cuenta que hablamos del año 1.300.

 

María Antonia Mantecón