Ricardo Corazón de León, en realidad Ricardo I Plantagenet de Inglaterra, reinó de 1189 a 1199. De los 10 años que duró su reinado solo estuvo 2 veces en Inglaterra, escasamente 6 meses cada vez, con motivo de sus 2 coronaciones.

 

La imagen que tenemos de él, debido a los poemas que han cantado los juglares y trovadores durante siglos es la de un monarca guerrero, muy guerrero y empeñado en defender el cristianismo, llegando a encabezar la Tercera Cruzada a Tierra Santa.

Pues bien, SI es verdad que era muy guerrero, pero lo que NO nos han contado es que era sumamente cruel (mató a 2900 musulmanes que eran sus prisioneros para no cargar con ellos. Vamos, le estorbaban), era también despiadado, tirano y violador (lo hizo con mujeres e hijas de los conquistados con la agravante de que después se las pasaba a su ejército), se enfrentó a su padre en dos ocasiones y no tenía ninguna piedad con los enemigos.

Era el 2º hijo del entonces Rey de Inglaterra Enrique II por lo que tenía pocas posibilidades de llegar al trono, así que se dedicó más que nada a cuidar los territorios franceses que había heredado de su madre, Leonor de Aquitania, y luchar contra los nobles franceses que se sublevaban continuamente.

Decían de él que era muy apuesto, entre pelirrojo y rubio, pálido, de ojos claros y muy alto, alrededor de 1,96 (sus restos desaparecieron y no se ha podido comprobar) y un ejemplo de rey medieval. También que era mal político.

La primera vez que se enfrentó a su padre en 1173 lo hizo apoyado por dos de sus hermanos, por el Rey Francés y por su madre, pensando dejar como rey a su hermano Enrique el Joven. Uno de los motivos de este enfrentamiento fue que su prometida Adela de Francia acabó como amante de su padre. La revuelta acabó al año siguiente, con mal resultado para él, y Ricardo tuvo que prestar juramento de fidelidad a su padre.

Tenía entonces 18 años y se dedicó a sofocar las continuas rebeliones que tenía en Aquitania, Francia. La crueldad que demostró en la sofocación hizo que la rebelión fuera mayor. Los rebeldes pidieron ayuda a sus hermanos Enrique y Godofredo (los dos que se habían levantado con él contra su padre) Estos “rebeldes” tenían su “sede” en la fortaleza de Taillebourg considerada inexpugnable y muy defendida. Tres de sus lados eran acantilados. Ricardo optó por destruir y saquear todas las tierras de alrededor dejándolos sin salida, sin poder recibir refuerzos y sin poder entrar suministros. Ante lo que les esperaba decidieron salir y enfrentarse a campo abierto. Ricardo no solo los derrotó, sino que siguió a los que quedaban hasta dentro de la fortaleza y a los dos días se rindieron.

Este hecho le valíó ser reconocido como buen estratega.

Su padre, antes de morir le nombró, sorprendentemente. heredero y cuando en 1188 muere, él es coronado Rey.

Un hecho curioso fue que en su coronación prohibió la entrada a los judíos y a las mujeres pretextando que no era solo una coronación real sino también como Cruzado. Los criados desnudaron y pegaron a los judíos y los echaron de la corte. El pueblo entendió y propagó la idea de que Ricardo había ordenado matar a los judíos y Londres se lanzó contra ellos. Quemaron sus casas, los golpearon hasta matarlos, etc

Ricardo reaccionó colgando a los que habían perpetrado semejante barbaridad.

Estaba muy obsesionado con el cristianismo y ya era Caballero Templario cuando enterado de la caída de Jerusalén en manos de los otomanos decide junto con el Rey Francés organizar la Tercera Cruzada a Tierra Santa para rescatar la ciudad santa. En realidad, se enrolan los dos porque no se fiaban el uno del otro y temían que el que se quedase iría a por el reino del otro.

Se dedicó a reunir dinero para el viaje sacándolo de los fondos reales, subiendo impuestos, pidiendo a todos, hasta tal punto que se comentó que dijo algo parecido a “Si pudiera vender Londres, lo haría”. No le gustaba Londres, quizá por eso no paraba allí, decía que “hacía frío y llovía”.

En el camino hacia Jerusalén hicieron una parada en Sicilia, ocuparon Messina, la saquearon, y por último firmaron un tratado con el Rey de allí. Siguieron hacia Chipre teniendo que resguardarse del mal tiempo en Rodas, volvieron a hacerse a la mar para llegar a Chipre, atracaron en Lémesos, la conquistaron, se enfrentaron al déspota que la gobernaba, vencieron y nombraron otro gobernante. Durante su estancia se casó con Berenguela de Navarra, hija del Rey Sancho VI de Navarra.

La isla quedó como propiedad de Ricardo Corazón de León, y ese mismo año se la vendió a los templarios.

Una vez en Jerusalén, las primeras confrontaciones las ganaron los cristianos, pero… el rey francés decidió volverse, el rey de Jerusalén fue asesinado,…total que

Ricardo se encontró solo y negoció con Saladino. pactaron una tregua de 3 años.

A pesar de que se ha difundido la idea de que los dos se enfrentaron en un cuerpo a cuerpo, eso nunca sucedió. Lo fomentaron los cuadros que los retratan así.

Antes de regresar a Inglaterra, algo que urgía porque se había enterado de que su hermano Juan y el rey francés (el que acababa de regresar) estaban tramando un complot para usurparle el trono, ya estaba separado de Berenguela. No tenían hijos (pero sí había reconocido a uno ilegal) y sus contemporáneos cuchicheaban que era homosexual. Lo fuera o no el que regresara sólo a Europa, dejando a su mujer en Jerusalén, hizo de Felipe II, nuestro Felipe II, a la hora de la verdad apoyara a su hermano Juan para la corona inglesa.

Al volver para Europa su barco encalló y tuvieron que seguir por tierra. Disfrazados de mendigos, cerca de Viena fueron apresados. Dicen que lo reconocieron por el lujoso anillo que no se había quitado.

Cuenta la leyenda que cuando Leopoldo de Austria hizo preso a Ricardo en su viaje de vuelta de las Cruzadas, lo entregó a Enrique VI, entonces emperador del Sacro Imperio, quien lo encerró en un castillo en Alemania, cuya ubicación se mantuvo en secreto. Un trovador llamado Blondel de Nesle al que Ricardo, que había hecho sus pinitos también como trovador, había criado de niño, se lanzó a recorrer Alemania de castillo en castillo cantando una copla cuya letra habían compuesto él y Ricardo. Después de un largo, peligroso y fatigoso recorrido por todo el Sacro Imperio un día, al llegar a un castillo, le llegó desde la mazmorra del mismo una voz que continuaba con la letra de la canción que él había iniciado. Supo así que había encontrado al rey de Inglaterra y pudo poner en marcha el mecanismo para su liberación. La fidelidad del amigo trovador y el recuerdo de la canción que los dos habían compuesto logró lo que nadie había conseguido: localizar al cautivo rey de Inglaterra en un perdido y secreto castillo de Alemania. Y así pudo organizarse su huida.

Esta historia es muy bonita, pero lamentablemente no es verdad, Proviene de un relato del siglo XIII, para juglares y trovadores, muy novelado, como casi todo lo suyo. aunque tiene un fondo histórico.

No hubo ningún secreto sobre su cautiverio. Tenía que comunicárselo a su madre para poder cobrar el rescate que pretendía y se lo comunicó también a Felipe Augusto de Francia, su mayor enemigo.

A pesar de estar preso maniobró hasta conseguir que nombrasen Canciller y Arzobispo de Canterbury a un amigo suyo que le había acompañado a Tierra Santa, Hubert Walter, que hizo correr el rumor de que Ricardo había muerto y con ayuda de su madre, Leonor de Aquitania y pidiendo, más bien exprimiendo a nobles, comerciantes y a todos en general consiguió el importe del rescate que pedía Enrique IV.

A su regreso estuvo liado en guerras y guerrillas contra el rey francés, hasta que éste huyo.

Ricardo se instaló en Limoges, Francia y una tarde del 25 de marzo de 1199 dando una vuelta por las murallas que estaban reconstruyendo, paseando sin su cota de malla, recibió una flecha que lo hirió en el hombro izquierdo, cerca del cuello. Le extrajeron la flecha, tuvo infección, que pasó a gangrena. Murió el 6 de abril de 1199 declarando heredero a su hermano Juan, que ya era conocido como Juan Sin Tierra.

Si ya era conocido y famoso como guerrero, una vez muerto se convirtió en un mito.

Lo han descrito combatiendo con decenas de enemigos él solo, como el mejor cruzado, como el mayor guerrero de la historia, etc.

Tenía sólo 42 años.

 

María Antonia Mantecón, escritora

Las opiniones de los columnistas son de su autoría.