No se puede hablar de Palmira, la maravillosa ciudad de Siria -aunque cada vez quede menos de ella gracias a los bombardeos de los últimos años- sin hablar de Zenobia.
Julia AURELIA ZENOBIA fue la mujer de Septimio Odenato, que fue ascendiendo por su defensa frente a los persas, hasta llegar a ser corregente del emperador Galieno. Para hacerle la competencia al rey de Persia se nombró él mismo “rey de reyes”.
Palmira era entonces una provincia de Roma. Situada en la actual Siria, cerca del Mediterráneo y en la ruta de la seda, a un poco más de 200 Km de Damasco, Palmira era tan codiciada por Roma como por Persia, pero había sido Roma quien la había conseguido
En el 267 Odenato y su hijo, tenido en un matrimonio anterior, son asesinados (algunos dijeron que por Zenobia, otros que por el Emperador, pero al final se supo que fue su sobrino Meonio), lo que hace que el cargo pase a manos de su hijo Vabalato, de 1 año de edad, por lo que Zenobia ejerce con Regente. Meonio, sobrino y asesino, es apresado y ofrecido en sacrificio a sus dioses.
En el siglo III Palmira (ciudad de palmeras) era la capital del reino Nabateo y la ciudad más rica del mundo. Cobraba un tanto por ciento de los negocios que hacían allí todas las caravanas que traían seda o especias de Oriente y que cambiaban por oro romano.
Llegó a tener 200.000 habitantes cuando Mérida (que era también muy importante) tenía 20.000.
Al empezar la regencia Zenobia fue rápidamente admitida por sus súbditos. Era una mujer del estilo de Cleopatra (intentaba imitarla), hablaba arameo, árabe, griego, y copto, se rodeaba de filósofos y de buenos consejeros, y además era una buena administradora y amante de las joyas.
Fortificó y edificó grandes paseos de columnas (doy fe, y eso que poco queda), viviendas de varios pisos, templos y torres funerarias, (diría que la mejor y más bonita fue la primera que han bombardeado).
Muere el Emperador romano Galieno y su sucesor se encuentra con que los godos le están entrando desde Rusia. Aprovechando el momento Zenobia se subleva y se hace con Anatolia, Siria, Palestina y El Líbano.
Un año después conquista Egipto y se proclama Reina, eso sí, jugando bien sus cartas y haciendo creer a los romanos que lo hacía defendiendo los intereses romanos, pero… llega al poder Aureliano y decide que ya está bien y que va a por ella. Primero conquista Egipto.
Ante las murallas de Tyana dice aquello: “en esta ciudad no va a quedar vivo ni un perro”. Cuando la conquistan y entran prohíbe a sus legionarios saquearla y cuando le preguntan por qué, responde fiel a lo que había prometido de no dejar ni un perro vivo: “matad a todos los perros de la ciudad”. Sigue prohibiendo saquear las ciudades que conquistan y eso le granjea las simpatías de muchas ciudades que se le van entregando.
Zenobia viendo la situación decide ponerse al frente del ejército (era una gran arquera) y se dirige hacia Emeso, (la actual Homs, para los que conozcan Siria). Allí sus catafractos (con armadura tanto los jinetes como los caballos) derrotan a la caballería romana, pero desoyendo las órdenes, desmontan para saquear a los romanos caídos y la infantería romana se dedica a irlos matando. No pueden casi moverse por al peso de las armaduras. Zenobia es totalmente vencida y se llevan su tesoro. Ya no tiene dinero para mantener una guerra y se retira a Palmira, que está fortificada.
Los romanos llegan a las murallas y cuando Aureliano (sabiendo que no puede con ellas) le dice que si ella se entrega perdona la vida a todos los demás, ella contesta que “Cleopatra prefirió morir antes que vivir de manera diferente a una reina”. Ella y su hijo escapan con un pequeño séquito pretendiendo llegar al Eufrates, pero antes de cruzarlo, son capturados y la ciudad al enterarse abre sus puertas al ejército romano.
El Emperador la perdona por los servicios prestados a Roma, pero al poco tiempo vuelve a rebelarse y matan a toda la guarnición romana. Esta vez Palmira es arrasada.
No se sabe que fue de su hijo, se supone que murió en el viaje a Roma. Ella fue llevada a Roma y paseada como botín de guerra con sus joyas y atada con cadenas de oro. Fue perdonada por Aureliano e instalada como cualquier matrona romana en una villa (para desmitificarla y que fuera una más), aunque recibía visitas de Aureliano que dieron motivo a suponer que…
Aureliano fue asesinado y ella seguía en su villa casada con un senador.
Nota: Los monumentos funerarios de los que se conservaban tres en Palmira, eran altas torres situadas en las afueras, en los montes no demasiado altos que la cercan por uno de los lados, (el resto es desierto), han sido destruidos por el Estado Islámico. Uno de ellos del siglo I a. c. perfectamente conservado.
¡Lo que hace la incultura, la intolerancia y la radicalización!
María Antonia Mantecón